CASA DE LA MEMORIA Y LOS DD.HH, VALDIVIA. [FOTOREPORTAJE]

CAMILO JIMÉNEZ

Periodismo – Universidad Austral de Chile

(21 septiembre del 2017)

Probablemente son muchos los valdivianos que transitan por calle Pérez Rosales en el centro de la ciudad, sin conocer la Casa de la Memoria y los Derechos Humanos. Un lugar de muchos contrastes en su interior, emociones, dolor e historia. Hoy es un centro abierto a la comunidad y espacio a las actividades culturales. Durante la dictadura cívico-militar, sirvió como centro de torturas.

La recuperación de la casa, fue posible gracias a la Agrupación de Familiares de DD.DD y EE.PP (fundada en 1986). Tras 40 años lucha, comenzaron a buscar un lugar para trabajar por la recuperación de la memoria y la promoción de los DD.HH. El año 2008, fue otorgado el comodato por parte del Ministerio de Bienes Nacionales. Desde entonces, junto a miembros de la agrupación, voluntarios y diversas organizaciones sociales han restaurado los diferentes espacios de la casa, logrando construir un presente de esperanza y reconciliación, luego de los hechos que ahí ocurrieron.

La casa de la Memoria y los DD.HH se encuentra abierta a la comunidad de lunes a viernes. En ella se realizan actividades destinadas a la memoria, cultura y asambleas ciudadanas, también recorridos históricos que permiten conocer la historia del lugar. Siendo el único sitio en nuestro país que tiene la agrupación.

Ida Sepúlveda, Presidenta de la Agrupación de DD.DD y EE.PP es viuda de un ejecutado político, fusilado el 4 de octubre de 1973. Ella ha sido quien permitió la realización de este foto reportaje que busca mostrar la labor que desarrollan día a día en la casa y también reconstruir la memoria del sitio.

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Casa de la Memoria y los DDHH, Ubicada en calle Pérez Rosales #764.

Al ingresar a la casa, se comienza a ver el sentido de recuerdo en su interior. El mural, ha sido pintado por el colectivo Ramona Parra (Creado en los 70′) y retrata los testimonios de quienes fueron torturados en el lugar.

El salón principal es un espacio destinado a las asambleas de la agrupación y a las actividades que realizan diferentes actores sociales de la región.
Cada rincón del lugar es un espacio de reflexión. (Escalera hacía el 2do piso)
La Sala «Neltume», ha sido destinada como museo. En ella es posible ver fotografías y escritos sobre experiencias de los torturados y familiares de DD.DD.
Bandera de la Agrupación AFEP del año 1986. «Para nosotros tiene mucho valor. Comenzamos con ella nuestra lucha hace 40 años», cuenta la Sra. Ida Sepúlveda.
En la sala de documentación, la agrupación trabaja en la recopilación permanente de testimonios, actas históricas y redacta los archivos internos sobre su trabajo.
Al costado de la sala de documentos, se encuentra la que según los testimonios sirvió como oficina de la CNI. Actualmente, se encuentra en restauración para destinarla a sala de reuniones y otras actividades.
El sótano de la casa, fue el centro de interrogaciones y tortura. Se conservan intactas las celdas de mujeres, hombres y la submarina (para torturas). Los nombres fueron puestos de acuerdo al relato de quienes fueron torturados en el lugar.
La celda submarina fue utilizada para efectuar torturas a los detenidos. «Podían pasar horas e incluso el día completo en este pequeño espacio. Aún es posible observar pequeñas manchas de sangre seca que quedó de que lo ocurrió», relata Ida Sepúlveda.
Interior de la Celda de hombres. «En esta celda, solo hemos realizado un mural que reconstruye lo que vivieron los compañeros. Las paredes estaban muy dañadas. Aquí podían estar sin nada, pasaban semanas. Algunos sobrevivieron, otros no volvieron», Ida Sepúlveda.
Al fondo del sótano, se encuentra una sala que sirvió para espacio común entre quienes se encontraban detenidos. «Aquí podían conversar un poco, compartian sus penas… Suelo encender en este espacio velas para recordarlos, hay quienes dejan ofrendas florales también», Relata Ida Sepúlveda, conteniendo la emoción al ingresar a la sala.
Tras la sala, se encuentra la «Celda la Gotera», un espacio de tan solo 3×5 metros. «Aquí algunos fueron encerrados, había una gotera… la usaban para beber un poco», explica Ida Sepúlveda.
Agradecimiento:
A la Sra. Ida Sepúlveda, por su amabilidad al abrirme las puertas de la casa y acompañarme en un recorrido por el lugar. Mi admiración y respeto a su valentía, incansable lucha por los DD.HH y la justicia para tantos otros que no volvieron.